LA BELLEZA DE LO POSIBLE
Contemplar mi negación, lo que no soy. Una mirada sobre mi
evidente limitación y a la vez hacia ese futuro que pronto llega y desaparece,
que configura lo que no seré.
La acción como producto-instrumento de la voluntad implica la concreción de unas posibilidades, de unas contradicciones y no deja de ser un intento vano y frustrante, pobre reflejo de lo pensado, torpes trazos.
Porque el puro juego del pensamiento no admite la acción en el espacio a menos de desfigurar la belleza de lo posible.
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